lunes, 18 de febrero de 2013

TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD






TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD
   



Información para padres




1.- Definición

El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH ) es el término por el cual se conoce un síndrome caracterizado por tres síntomas nucleares: la inatención, la hiperactividad y la impulsividad, aunque  no siempre tienen que estar presentes conjuntamente, puesto que existen distintos subtipos dentro de este trastorno.
Se trata de uno de los trastornos más importantes dentro de la Psiquiatría Infanto-Juvenil, constituyendo cerca del 50% de su población clínica, y siendo además, posiblemente, el más estudiado de todos ellos. Es un trastorno crónico, que puede cambiar sus manifestaciones desde la infancia hasta la edad adulta, que interfiriere en muchas áreas del funcionamiento normal y cuyos síntomas persisten en hasta un 50-80% de los casos en el adulto. Constituye un problema clínico y de salud pública muy
importante, generador de gran morbilidad y desajuste en niños, adolescentes y adultos.
Aunque parezca un síndrome aparentemente reciente, podemos encontrar referencias históricas ya desde el siglo XIX.



2. Etiología

Hoy por hoy hemos de considerar que la etiología del trastorno por  déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o trastorno hipercinético es desconocida. Hasta la fecha los estudios realizados sugieren la improbabilidad de encontrar una causa única al trastorno, considerándose más bien la vía final de una serie de vulnerabilidades biológicas que interactúan entre sí y con otras variables ambientales, tanto de orden biológico como psicosocial, o incluso genéticos.




3. Diagnóstico ¿Cuáles son los síntomas del TDAH?

Actualmente, el diagnóstico se realiza según los Criterios diagnósticos de la DSM-IV. Los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:

SÍNTOMA
CONDUCTA
A.1.
Falta de atención
A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas.
A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones).
A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades
A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos)
A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej. juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas)
A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes
A menudo es descuidado en las actividades diarias
A.2. Hiperactividad

A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento
A menudo abandona su asiento en la clase o en  situaciones en que se espera que permanezca sentado
A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud)
A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio
A menudo “está ocupado” o suele actuar como si “estuviera impulsado por un motor”
A menudo habla en exceso
Impulsividad
A menudo emite bruscamente las respuestas antes  haber sido terminadas las preguntas
A menudo tiene dificultades para esperar su turno
A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ejemplo se entromete en conversaciones o juegos)




4. ¿Qué puedo hacer en casa para ayudar a mi hijo?

Puede ser difícil criar los niños con TDAH. Ellos pueden tener dificultad para comprender instrucciones. Los niños con TDAH usualmente están en un estado de actividad continuo. Esto puede ser un reto para los adultos. Usted puede tener que cambiar su vida un poco para ayudar a su niño. He aquí algunas cosas que usted puede hacer para ayudar:

Haga un horario. Fije horas específicas para levantarse, comer, jugar, hacer tarea, hacer quehaceres, mirar televisión o jugar juegos de video, y para acostarse. Ponga el horario donde el niño siempre lo pueda ver. Explíquele cualquier cambio en la rutina por adelantado.

Simplifique las reglas de la casa. Es importante explicar lo que pasará cuando se cumplen las reglas y cuando se rompen las mismas. Escriba las reglas y los resultados de no seguirlas.

Asegúrese de que sus instrucciones son comprendidas. Haga que su niño le preste atención y háblele directamente a los ojos. Luego dígale al niño con voz clara y calmada específicamente lo que usted desea. Mantenga las instrucciones simples y cortas. Pídale al niño que le repita las instrucciones a usted.

Premie el buen comportamiento. Felicite a su niño cuando él o ella completa cada paso de una tarea.
Asegúrese de que su niño sea supervisado en todo momento. Puesto que son impulsivos, los niños con TDAH pueden necesitar más supervisión de los adultos que otros niños de la misma edad.

Fíjese cuando su niño está alrededor de sus amigos o amigas. A veces resulta difícil para los niños con TDAH aprender habilidades en el comportamiento social. Premie el buen comportamiento durante el juego.

Fije una rutina para hacer las tareas. Escoja un lugar fijo para hacer la tarea lejos de distracciones tales como otras personas, televisión y juegos de video. Divida el tiempo para hacer tarea en sesiones cortas y permita descansos.

Concéntrese en el esfuerzo y no en las calificaciones. Premie a su niño cuando él o ella trata de terminar la tarea no solamente para sacar una buena calificación. Usted puede dar premios adicionales por obtener mejores calificaciones.

Hable con los maestros de su niño. Trate de enterarse de cómo le está yendo a su niño en el colegio durante la clase, durante el recreo y durante la hora de la comida del medio día. Pida que los maestros le den notas de progreso diario o semanal.


domingo, 16 de diciembre de 2012

orientaciones ante una fobia escolar


 


ORIENTACIONES A LA FAMILIA ANTE UNA FOBIA ESCOLAR


 


Consideraciones:

Este síndrome se caracteriza por un manifiesto rechazo a la asistencia al colegio e implica un temor irracional por alguna situación particular. Está relacionada con el contexto escolar y hechos traumáticos reales en la escuela (participación obligatoria en algunas actividades, rechazo de los compañeros, rigidez del profesor, etc.). Puede agravarse por reacciones verbales hostiles por parte del profesorado al no comprender los temores del niño o por conflictos entre los padres y los profesores.  Los síntomas incluyen: dolor abdominal, náusea, vómito, diarrea, dolor de cabeza, palidez y debilidad, que aparecen por la mañana antes de ir a la escuela y por lo general desaparecen antes que terminen las clases, y no aparecen los fines de semana ni días festivos. Las fobias son una forma de miedo que responde a estas características: son desproporcionadas a la situación que desencadena la respuesta de miedo y están relacionadas con estímulos que no son objetivamente peligrosos, no pueden ser eliminadas racionalmente porque están más allá del control voluntario, tienen larga duración, interfieren considerablemente en la vida cotidiana del niño en función de las respuestas de evitación, y suelen aparecer con más frecuencia entre los 4 y 8 años.

Los niños con fobia escolar tienden a manifestar los siguientes tipos de respuestas:  

1.     Se niegan a asistir al colegio.
2.     Lloran, gritan y patalean al llevarles a la escuela.
3.     Se quejan de dolores y enfermedades cuando se acerca el momento de ir a la escuela, desapareciendo los síntomas si se le permite quedarse en casa.
4.     Manifiestan síntomas fisiológicos como rigidez muscular, sudoración excesiva en la palma de las manos, dolor de cabeza y estomago, nauseas, vómitos, diarrea. 
5.     Anticipan consecuencias desfavorables. 
6.     Evalúan negativamente sus capacidades. 
7.     Planean escaparse del colegio.

Orientaciones:

Intervención familiar

Si se hace cumplir la regla de la asistencia diaria a la escuela, el problema de la fobia escolar mejorará en forma notable en una o dos semanas.

En cambio, si no le exige a su hijo que asista diariamente a la escuela, los síntomas físicos y el deseo de quedarse en casa se volverán más frecuentes. Cuanto más tiempo pase su hijo en casa, tanto más difícil le resultará volver a la escuela. Podrían estar en juego la vida social y la educación futura del niño.

Cuando el niño se alborota al separarse de los padres, la mejor estrategia es informarle, calmadamente, que el padre/ madre regresará y que el niño tiene que quedarse, entonces debe irse rápido. Una separación firme, rápida y con cariño es mejor tanto para los padres como para el niño.


1. Insistir ir a la escuela.
La mejor terapia de la fobia escolar es ir diariamente a la escuela. Los temores se superan enfrentándolos cuanto antes. La asistencia diaria a la escuela hará que casi todos los síntomas físicos del niño mejoren.
Los síntomas se volverán menos intensos y se presentarán con menor frecuencia y, con el tiempo, el niño volverá a disfrutar de la escuela.
Sin embargo, al principio el niño pondrá a prueba la determinación de la madre de enviarlo a la escuela todos los días. Los padres deberán hacer que la asistencia a la escuela sea una regla rigurosa, sin excepciones.

2. Los padres deben ser particularmente firmes las mañanas de los días de escuela.
Al principio, las mañanas pueden ser difíciles. Nunca se le debe preguntar al niño cómo se siente porque esto lo estimulará a quejarse.
Si el niño está suficientemente bien para estar levantado y andar de un lado a otro dentro de la casa, está suficientemente bien para poder ir a la escuela. Si se queja de síntomas físicos, pero son los ya ha mostrado en otras ocasiones, deberá ser enviado a la escuela inmediatamente con mínima discusión.

En el caso de que los padres no estén seguros acerca de la salud de su hijo, deben enviarlo a la escuela de todos modos; porque si los síntomas empeoran después, el centro lo comunicará a la familia.

Aunque se le haga tarde, el niño debe ir a la escuela.

Algunas veces un niño puede llorar y gritar, negándose absolutamente a ir a la escuela. En ese caso, después de hablar con él sobre sus temores, se le debe llevar. Uno de los padres podría ser mejor que el otro en hacer cumplir esto. Incluso en algunas ocasiones, un pariente puede encargarse del asunto durante unos días.

3. Coger una cita para que el niño vaya a ver a su médico la misma mañana si se queda en casa.

Si el niño tiene un síntoma físico nuevo o parece estar muy enfermo, es probable que los padres quieran que se quede en casa. Si tienen dudas, probablemente su médico puede determinar la causa de la enfermedad del niño. Si el síntoma es causado por una enfermedad, puede iniciarse el tratamiento apropiado. Si el síntoma es causado por ansiedad, el niño deberá volver a la escuela inmediatamente.

Los niños con dolor de garganta, tos moderada, secreción nasal u otros síntomas de resfriado, pero sin fiebre, pueden ser enviados a la escuela. Los niños no deben permanecer en casa por "parecer enfermos", "tener mal color", "tener ojeras" o "estar fatigados".

4. Solicitar la asistencia del personal de la escuela.

Deben informar al maestro de la escuela que, si los síntomas del niño aumentan, deje que se relaje de 5 a 15 minutos en otro lugar, en lugar de enviarlo a casa.

Si el niño tiene algunos temores especiales, como recitar en clase, el maestro generalmente hará concesiones especiales.

5. Hablar con el niño sobre su temor a la escuela.

En algún momento, que no sea una mañana de escuela, hablar con el niño sobre sus problemas, alentarlo a decir exactamente lo que le molesta, preguntarle qué es lo peor que podría pasarle en la escuela o en el camino a la escuela. Si hay una situación que pueda cambiar, decirle que harán todo lo posible por cambiarla. Si les preocupa que los síntomas puedan empeorar en la escuela, asegúrenle que puede relajarse unos minutos en el colegio según lo necesite.

Después de escucharlo atentamente, deben decirle que entienden sus sentimientos, pero que sigue siendo necesario que asista a la escuela mientras mejora.

6. Ayudar al niño a pasar más tiempo con otros niños de su edad.

Fuera de la escuela, los niños con fobia escolar tienden a preferir estar con sus padres, jugar dentro de casa, estar solos en su cuarto, ver mucha televisión, etc.

Muchos no pueden pasar una noche en casa de un amigo sin desarrollar un sentimiento abrumador de nostalgia. Necesitan estímulo para jugar más con sus compañeros.

Esto puede ser difícil para los padres que disfrutan de la compañía del niño, pero a la larga es el mejor curso de acción. Es necesario que alienten a su hijo para que hagan deporte (por lo general, prefieren los deportes que no son de contacto físico). Además es conveniente que envíen más frecuentemente a su hijo fuera de casa o a las casas de otros niños. Pueden invitar a los amigos de su hijo a salir con su familia o a pasar la noche en su casa. La experiencia en un campamento de verano podría resultarle sumamente beneficiosa.

Apunte de programa:
·         Detectar el origen de la fobia: relaciones con el profesor o compañeros.

·         Colaborar con el profesor, director, psicólogo para establecer un plan de acercamiento al centro.

·         Jerarquizar las situaciones de menor a mayor miedo. Ejemplo:
-    El niño junto con la madre visitan con frecuencia el edificio y los patios de la escuela.
-    Madre e hijo entran en el edificio de la escuela, pasean por él y miran cómo juegan otros niños.
-    Madre e hijo entran en el aula vacía y permanecen allí un rato.
-    Un compañero acompaña al niño en el aula vacía. La madre está con ellos y promueve la interacción.
-    La madre se sitúa delante de la puerta del aula, permaneciendo atenta al niño.
-    La madre se aleja del aula pero permanece en los alrededores.
-    El niño asiste durante unos minutos a una clase mientras es esperado por su madre delante de la puerta.
-    El tiempo de asistencia a la clase se alarga paulatinamente, mientras la madre aguarda cerca del aula.
-    Mientras el niño asiste a las clases la madre lo espera delante de la escuela, recogiéndolo a una determinada hora

Si, mientras se lleva a cabo el proceso de acercamiento gradual al estímulo fóbico (colegio, clase, compañeros, profesor...) se le proporciona al niño información-satisfacción de cómo va superando su miedo se acelera el proceso de extinción de la conducta fóbica.
 

OTRAS  ORIENTACIONES A LA FAMILIA ANTE UNA FOBIA ESCOLAR

Es importante las siguientes actitudes para tratar esta problemática:
1.- Actitud conjunta en ambos esposos.
2.- Evitar el sobre proteccionismo del niño/a.
3.- No reforzar conductas indeseables, no manifestando interés por el problema que se plantea, al menos externamente.
4.- No manifestar ansiedad.
5.- Quitar importancia a sus vómitos, mareos, inapetencias o dolores estomacales.
6.- Manifestar interés por la escuela, su asistencia al centro escolar y la tarea desarrollada en él.
7.- Evitar las faltas a la escuela.
8.- Compensar su debilidad por otras vías (vitaminas...)
Con más detalle:
·         Actitud conjunta en ambos esposos.
·         Evitar el sobre proteccionismo de la niña:
·         Responsabilización de recoger sus juguetes cada vez que los extiende para jugar.
·         Realización autónoma de las tareas que le afecten de forma personal  y directa: vestirse-desnudarse, comer, colocar adecuadamente sus prendas de vestir en una silla o percha, etc.
·         Colaboración en la realización de tareas de la familia como pueden ser poner la mesa, retirarla, etc.
·         Ejecución de recados que implican el traslado fuera del hogar. Ir a la tienda, a casa de un familiar, de una vecina...

No reforzar conductas indeseables, no manifestando interés por el problema que se plantea, al menos externamente.




No manifestar ansiedad.
 Los padres deberán ignorar las quejas somáticas de la niña: “me duele la barriga “, “no me encuentro bien “.
 Facilitar y favorecer al máximo la comunicación  con la niña.

 No reforzar las conductas de evitación (quedarse en casa).
Hablar en casa siempre positivamente de todo lo relacionado con el colegio...manifestar interés por la escuela, su asistencia al centro escolar y la tarea desarrollada en él.

Se debe establecer un plan de acercamiento gradual al centro:

La niña y su madre visitan con frecuencia el edificio y patio de la escuela. Pasean por los alrededores del colegio haciendo o hablando entre ellas de algo que le gusta a la niña.

La madre lleva a la niña al centro: primero hasta la misma puerta, después hasta la mitad del camino, después la observa como la niña se va a la escuela desde la puerta de la casa...No dar ningún paso atrás.

Los padres mostrarán lo contentos que están con los progresos de la niña, diciendo: “Estoy muy contento/a por que has ido sola al colegio “.